La capacidad de cambiar

 La medida de la inteligencia

es la capacidad de cambiar.

Albert Einstein

Vivir es aprender, y aprender es cambiar. 

La época que estamos viviendo es cambio e innovación constante, y como guía tenemos el aprendizaje para evitar vivir la situación como un sufrimiento, más bien todo lo contrario, se trata de aprender y disfrutar de cada paso, cada hito en el camino que nos conduce a la conectividad, a la búsqueda constante del bienestar.

Sabiendo que el cambio es lo único constante, se debe abrazar, acoger con naturalidad y autoanalizar las habilidades y competencias que debemos mejorar para ser parte del mismo, toca hacer modificaciones y aprender... aprender por ganas, por deseo, por entender que de ello depende nuestra vida, por ser consciente que los míiomos de saber leer y escribir están amortizados, por saber que la vida requiere de nosotros que seamos capaces de sumergirnos en nosotros mismos para ofrecer lo mejor, lo mejor de lo que tenemos, de lo que somos, y de lo que podemos ser. 

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Imposible quedarse estática con tantos estímulos cerca, con tantas puertas que se abren, con tanta información que nos permite conectar y compartir, descubrir y aplicar el conocimiento, no dejarlo dormir para ser capaz de mejorar, por el deseo y la necesidad de sentir utilidad en el momento vital que nos toca compartir.

Rechazar o renunciar al cambio, supone una evidencia manifiesta de perder la oportunidad de no sufrir el resto de tu vida, ¿acaso no merece la pena refutar la resistencia?