La felicidad no ocurre por casualidad,
sino por elección
Jim Rohn
Trabajar, levantarte cada mañana con el firme propósito de ser feliz, pese a todo, pese a todos... No siempre tenemos el ánimo preparado para que ocurra así, pero sólo depende de nosotros que ocurra; debes trabajarte, debes preocuparte de que las cosas salgan según lo previsto o según la adaptación a las situaciones que sobrevienen y no puedes cambiar, sin más...
Se trata de poner en valor aquello que nos mueve, que mantiene nuestro propósito vital, que permite que seamos felices y que demos sentido a nuestra vida, sin parches, sin pena, sin dudas.
Trabajarnos a nosotros mismos es la tarea más ardua, requiere un esfuerzo que no siempre queremos o estamos preparados para hacer, no obstante, la recompensa es infinita: conocer lo que está pasando en nuestro interior y como se refleja en el exterior, es básico para poder tener una vida plena, llenándola de aquellas cosas que nos interesan, y siendo consciente de las cosas que tenemos que desechar, por falta de interés o por falta de tiempo o de ganas.
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Pararse a pensar, suele ser el mejor regalo para coger impulso y llevar adelante la vida que deseamos, y especialmente, la que nos merecemos: nadie dijo que sería fácil, no obstante, sin duda, merecerá la pena.
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