“Si insistes en permanecer en tu zona de confort,
no irás muy lejos.”
Catalina Pulsifer
Catalina Pulsifer
Siempre se ha dicho que
vivir es arriesgar, pero lo que no nos han explicado (al menos a mi) es como el
hecho de no arriesgar implica dejar de vivir, no ser capaz de sobrevivir y
adaptarse a una realidad que creíamos ajena.
Trabajar con creencias y
valores es un paso importante para ser capaz de aprender a discernir las cosas
que queremos y que necesitamos para nuestro entorno y nuestra calidad de vida; tal
vez, a mayores del cambio disruptivo tecnológico, entendemos el futuro como una
forma idílica de vivir en la que no será necesario esforzarse ya que las
máquinas estarán a nuestro servicio y disposición para efectuar los cambios que
sean necesarios, pero tal vez se nos olvida que precisamente la parte de ocio
es la más cambiante en el ser humano, y que para nosotros resulta muy importante
tener cabida a la privacidad; llegará el día en que ansiemos que algo de lo que
hacemos no quede reflejado, no haya un rastro digital, y ese día está más cerca
de lo que nos gusta pensar; la diferencia en que somos educadas las distintas
generaciones (el famoso salto generacional) es brutal y se muestra siempre como
una forma de evolución que suele coincidir con la realidad, pero no siempre es
obligatoriamente así: hay que tener en cuenta la importancia de aprender de los
errores, y en éste caso está en nuestras manos decidir que consideramos
equivocado.
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Imagen gratuita Pixabay |
Soy una defensora de
salir de la zona de confort, creo que nada bueno sale de ella, pero también lo
hago consciente de la importancia que tiene marcar los límites, saber
exactamente que se puede esperar de cada una de las situaciones y que experiencias
queremos vivir o a cuáles, estamos dispuestas a renunciar, cual es el precio
que pagamos por hacerlo.
No se me ocurre nada
bueno que pueda ocurrir dentro de tu entorno, más allá de la tranquilidad
necesaria para abordar el siguiente paso, y por supuesto, nada más lejos de la
realidad que creer que no existe nada mejor fuera de ella; hacer compatible
ésta vivencia con las zonas de aprendizaje es nuestra responsabilidad, la capacidad
para aprender y disfrutar, es una obligación.
Feliz semana,
hmm
ResponderEliminarSoy una defensora de salir de la zona de confort, creo que nada bueno sale de ella, pero también lo hago consciente de la importancia que tiene marcar los límites, saber exactamente que se puede esperar de cada una de las situaciones y que experiencias queremos vivir o a cuáles, estamos dispuestas a renunciar, cual es el precio que pagamos por hacerlo.
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