Nunca negociemos desde el temor
y nunca temamos negociar.
John F. Kennedy
Hace un par de días tuve ocasión de hablar con un compañero de profesión, hace años que nos conocemos y que debatimos y compartimos experiencias y visiones de negocio que se entrecruzan, que a veces nos superan o que en el mejor de los casos, celebramos juntos.
Esta charla tuvo por centro la parte más agria de nuestra labor, que a mi entender es la desvinculación de un proyecto: cuando alguien no es consciente de que ha dejado de estar alineado con el negocio, cuando por razones personales o profesionales tu alma abandona el proyecto, y toca explicarle que tiene que dejarlo, que es el momento de irse y cambiar de rumbo; es verdad que los más jóvenes están acostumbrados y en muchos casos deseosos de poder dar esos giros y volverse independientes, desligarse de hábitos y rutinas para ellos suele ser una posibilidad de proyección que no quieren dejar escapar, más difícil es para aquellos en general que han convertido esas mismas rutinas en zona de confort.
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Tuvimos 2 horas para dar la vuelta al planteamiento, para trabajar juntos una visión que pudiese ayudarle a enriquecerse ante la nueva situación que llega, y al mismo tiempo que a nosotros nos sirviese para reforzar la estrategia, a no sentirnos solos en los momentos más difíciles, y por supuesto, a saber que tomamos las decisiones en base a negocio, cómo no puede ser de otra forma, sin sesgo, sin la menor duda de que hacemos lo que tenemos que hacer, darle alas a una persona para que haga lo que le guste, lo que le haga feliz, y ayudar a negocio a encontrar a esa persona que aporte desde el instinto, desde la pasión, ese es el único aporte hoy en día que va a ser eficaz.
¿ya sientes pasión por lo que haces?
Feliz semana,
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