El marketing y la innovación son las 2
funciones principales de los negocios:
*Crean clientes, venden.
*Crean nuevas dimensiones de logro, innovan.
Todo lo demás es cálculo de costes.
Peter Drucker
A lo largo de esta semana me he reunido varias veces con un cliente al que me siento vinculada de manera directa y especial, y entorno a los compañeros de viaje, hemos hablado en cada una de las reuniones de una parte de la organización que hasta ahora ha estado profundamente descuidada aparentemente, aunque todos los reunidos seamos conscientes de una serie de circunstancias que ha obligado a seguir el orden natural de trabajo: la comunicación.
Cuando te lanzas a la aventura de emprender, debido a la época de cambio que nos toca vivir sin duda una parte fundamental en la estrategia de cada proyecto es comunicar lo que haces, y no se trata sólo de hacerlo a través de las redes sociales: ellas son un potenciador, un amplificador de tu actividad, pero si no eres capaz de tener unas líneas consistentes, el proyecto se cae por su propio peso... hasta aquí estamos de acuerdo, no?
Desde hace muchos años me resulta evidente que la actividad comercial no se desliga ya en el presente de la comunicación y el marketing, y la estrategia debe ser reforzada desde ambas áreas para el bien común, y todo esto hasta ahora ciñéndome a la parte externa, pero ¿que ocurre si al rascar minimamente la superficie detallas que no es posible sostener un sistema en funcionamiento sin un valor para el cliente / consumidor, tangible o al menos, claramente identificable?
La parte en la que me centraré es en el valor del producto, que en último caso será el detonante de cualquier éxito o fracaso en función de si defrauda o no las expectativas del consumidor y logra la armonía en todas las facetas de su integración con el entorno social, y sin la cual, de antemano, cualquier nuevo (o no) proyecto, está condenado al olvido.
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Si es evidente lo que el mercado está reclamando de ti, será más sencillo concretar una oferta que cumpla con esa coherencia, así que es no solo importante, sino necesario que tengas un propio estudio de mercado, que reúnas todos los datos veraces y disponibles en torno a tu objetivo para definir o corregir la oferta no en función de lo que tu consideras que requiere el mercado, sino sobre lo que él te está pidiendo, tan fácil o complejo como tener claro lo que espera de ti, de tus valores y la coherencia que le das a tu actividad: tu visión de proyecto.
La comunicación no es un atajo, por tanto, es preferible retrasar un poco el lanzamiento adecuado de tu campaña de comunicación antes de hacer algo que luego tengas que intentar reparar; los costes, y no sólo los económicos pueden verse multiplicados y es posible que cuando consigas rectificar el error, el mercado ya te haya expulsado.
Atender las necesidades del mercado con datos objetivos, con estudios, y también con entrevistas de contraste con tu potencial cliente te servirá para definir en la manera adecuada el producto, y a partir de ahí tendrás medio trabajo ya hecho, ¿qué te queda?
Busca argumentos diferenciales de tu puesta en valor, pon en orden la coherencia de tu objeto principal de proyecto, y esto te colocará en la posición de los productos bien pensados, aquellos por los que el mercado está dispuesto a decantarse cada vez con más intensidad.