Sara es una de esas personas que me siento afortunada por conocer; ejemplo de trabajo colaborativo y de gestión de conocimiento y aprendizaje continuo, me encanta de ella sus ganas de aprender y compartir y ser capaz de vivir una gestión colaborativo y en equipo.
Siempre dispuesta a ayudar y a mejorar sus capacidades, ve los retos como posibilidades y no suele decir que no a casi nada, así que en este caso, todavía es más fácil que forme parte de este espacio, lo cual le agradezco enormemente, ya que me siento muy orgullosa de poder presentaros el post que ha querido compartir desde este espacio.
Os la encontraréis en las redes sociales: twitter, LínkedIn... y también en su blog donde podéis aprender mucho sobre los rrhh, la flexibilidad y la capacidad humana para mejorar y aportar a toda la comunidad!
Gracias Sara por subirte a #personas3punto0
Gracias Sara por subirte a #personas3punto0
Paseamos por sitios web de empresas y sus escaparates nos cuentan
que la RSC está en el corazón de su negocio. La
explicación está desarrollada a lo largo de sus páginas, especialmente en
aquella en la que cuentan quienes son.
Lamentablemente, a la vista del “quienes son”, se deduce que son todas
la misma empresa. Se distingue a que se
dedican pero no como lo hacen ni porque son los indicados para integrarse en el
proyecto que deseamos desarrollar. Incluso hay texto idéntico en sitios web
de empresas distintas.
Pasa lo mismo con estas páginas que con los CV
formato estándar. Los datos
objetivos están ahí, pero la persona ni se vislumbra. En algunas ocasiones es
como seleccionar al azar, porque hasta la entrevista no tendremos ni la más
mínima idea de quién está detrás.
En términos generales lo que se
puede deducir de estas páginas es que la
RSC consiste básicamente en dos cosas:
-
Donar
cantidades a entidades de carácter fundacional.
-
Hablar de
ecología.
La página dedicada a ecología es siempre verde. Para demostrar que una empresa es ecológica hay
incluso logo especial (va al lado del de calidad).
En el tema de la ecología se habla de sostenibilidad y, entre otras
cuestiones, de la política sin papeles.
Me permito comentar que soy una ferviente defensora de ahorrar papel. Lo
soy porque es ecológico y también porque
la gestión sin papeles incremente la eficiencia en el trabajo de forma
exponencial. Pocas cosas me producen más terror que una mesa llena de papeles
desordenados. Y digo “terror” tal cual, se me hace un nudo en el estómago que
me paraliza momentáneamente.
No hay duda de que la conciencia ecológica y la colaboración con los organismos
de apoyo social es fundamental, pero la
palabra “social” tiene mucho más fondo y hay muchas pequeñas cosas que hacen a
una empresa “social”.
Social es fundamentalmente sensibilidad y apoyo
real en la solución de los problemas que preocupan en nuestro entorno, del
cercano al global.
Pongamos algunos ejemplos de lo que puede ser social en una empresa. Anticipo
que son temas básicos y deberían ser cuestiones
obvias de las que no hay ni que hablar, pero están muy lejos de ser principios
generalizados y las casas se empiezan
por los cimientos, no por el tejado.
La empresa es (lo más básico) socialmente responsable cuando paga dignamente y todo en dinero
“blanco” a trabajadores, proveedores y todo tipo de colaboradores. Hay que
financiar las carreteras, los hospitales, las escuelas……… y solo este dinero aporta
a esa labor.
La organización es socialmente responsable porque eleva las competencias digitales de todo su equipo. Lo necesita
para tener futuro, pero puede optar por cargarse a media plantilla y traer
gente que ya venga preparada por otros (muchos lo han hecho con las
prejubilaciones), o puede hacer un verdadero esfuerzo por adoptar nuevos
sistemas y enseñar a su equipo a trabajar con ellos.
Formar realmente es algo que va a servir al equipo, en el trabajo y en
su vida en la calle día a día. Somos
ciudadanos tecnológicos.
La organización es socialmente responsable cuando informa y entiende que
los permisos de paternidad y maternidad
no son una carga sino un futuro para la sociedad en su conjunto. Se
organiza para hacerlos posibles y cómodos, encontrando caminos para la
conciliación.
La lista es larguísima y ya hay empresas que las llevan a la práctica.
Por cierto, no son necesariamente las que hablan de la RSC en su sitio web.
Por suerte, en
esta sociedad hiperconectada, todo
lo que una organización hace acaba por salir a la red y, en consecuencia, a la
calle. Tu escaparate web (1.0) es poco comparado con tu reputación “on line” (2.0)
RSC
es verde, pero es mucho más que verde. Tiene muchos colores y contiene personas.
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