Querer es poder
Hay quien afirma que para ser
emprendedor y salir adelante trabajando
por cuenta propia, se debe nacer con unas características muy determinadas pero
no es menos evidente que aunque el punto de partida influye y mucho, la
capacidad emprendedora es ejercitable y se puede aprender.
Existen diferentes circunstancias
que van confluyendo en una trayectoria profesional y que finalmente, lo
convierten en una carrera de emprendimiento ya que resulta evidente que la
mayoría de las personas que se decantan por esta alternativa laboral no crecen
pensando en crear la empresa más grande, sino que lo hacen porque se van
metiendo en proyectos, en trabajos que les gustan y a los que dedicar tiempo,
trabajo e ilusión…
Esos proyectos suelen tomar
forma, cuerpo y van creciendo hasta convertirse por sí mismos en un proyecto
empresarial, en el tuyo!!
Es muy importante para emprender
mantener abierta la mente, y aprovechar cada oportunidad abriendo ojos y orejas
para otear cualquier posibilidad que aparecen sin previo aviso, para saber
aprovecharlas y que no se escapen.
Algunas personas tienen claro de
inicio que tipo de proyecto emprender y por eso dedican un largo período de
tiempo a buscar expresamente la oportunidad que necesitan, mientras otros
simplemente se encuentran en la amplia gama de posibilidades para ello, y son
tantas como tipo de personas existen: se construyen a sí mismos con dedicación,
esfuerzo, creando equipos de personas que saben motivar y entrenar para hacer
crecer aún más el objeto de su pasión…
Se emprende con cada decisión,
con cada riesgo que tomas a lo largo de tu trayectoria vital, viviendo día a
día las mismas ganas y empeño y esfuerzo como cualquiera de los empresarios
consagrados.
Sin duda es una trayectoria en la
que vas a vivir muchos cambios, pero debes estar preparado para construir
confianza en ti mismo en caso de que no la tengas ya: enfrentarse a los cambios
es claramente la mejor manera de afianzarse en quién es uno mismo.
Los imprevistos y la
incertidumbre consiguen que cada persona se curte y no pasa nada por cometer
errores; es necesario tener en cuenta que un fracaso es un valiosísimo
aprendizaje aunque no vivamos una cultura que lo priorice ni lo fomente, sino
todo lo contrario, pero debes racionalizar el fracaso es un auténtico trampolín
para el éxito.
Atreverse a emprender, responder
personalmente por los propios hechos es el mejor constructor de autoconfianza
posible, desde la satisfacción que produce el éxito conseguido por uno mismo
hasta las posibles frustraciones de equivocarse en soledad, sin depender de
terceros, pero solo superando los propios errores acaba convenciéndose de que
conseguirás sacar adelante tu proyecto.
¿cuál es el combustible, ese algo
especial que lleva a un emprendedor a moverse? Sin duda alguna la pasión,
algunos lo llaman convicción, otros esperanza,
y se basa ni más ni menos que en la emoción y es que es el motor, el
protagonista indiscutible en nuestra forma de afrontar la adversidad y el riesgo…
* Levantar una empresa, o llevar adelante una idea si la primera vez falla, o adaptar un negocio antes de provocar una quiebra financiera.
* Cosechar una reputación de fiabilidad y solidez en tu entorno, con lo que serás el primero en el que pensarán para llevar adelante un nuevo proyecto, una idea...
* Acelerar tu curva de aprendizaje profesional, lanzándote a encontrar las ventajas ofrecidas por un futuro que no nos es nada estable o predecible.
*Elegir entre alternativas antes de que llegue lo peor del cambio, buscando las que más aprovechan tus puntos fuertes y evitando quedar a merced de otros.
No pretendo decir que ser emprendedor deba ser la única opción, tal vez no sea la mejor para tí, pero si te decides a hacerlo...
¿no crees que merece la pena la aventura por todo lo que puede aportarte?