Las reglas del orden
vienen del desorden
Somos conscientes de que el nuevo directivo tendrá que
lograr un impulso continuado y renovado cada vez, hacia el dominio del caos, de
la incertidumbre, de lo inimaginable hace tan solo unos años y su actuación
debe estar fundamentada en una filosofía del compromiso y comprensión /
transformación de la realidad hecha desde un marco ético donde las
organizaciones no deben desmotivar, lo cual ocurre a través de políticas
ineficientes, injustificadas, o de promoción del más incómodo en vez del más
útil.
Otra clave para entender el equilibrio organizativo reside
en la congruencia entre la identidad proyectada hacia el exterior por la
empresa y aquella vivida por las personas que la componen y trabajan en ella:
el clima laboral influye en la proyección de identidad hacia el exterior y no
se puede sostener en el tiempo la incongruencia de querer aparentar ser los
líderes, o los inigualables cuando dentro de nuestras paredes nos deslizamos
por una pendiente sin fin y cada vez más rápido, pero ¿hacia dónde va el
sistema? ¿qué persigue?
El ser humano necesita prever un horizonte, intenta que se
desarrolle según su pensamiento, le molesta equivocarse y así, las personas son componentes activos del
sistema, son el engranaje: cuando un problema era sencillo, toda la información
podía recaer sobre una única cabeza pero a medida que la complejidad ha ido en
aumento hay que aprovechar el conocimiento y capacidad de todos los componentes
y sería necio desperdiciar lo que cada uno de ellos puede aportar, conoce, y es
por ello que la gestión de conocimiento intenta descubrir todo el conocimiento
con que se cuenta para elaborar mecanismos que lo aprovechen al máximo.
Hablamos del talento en funcionamiento, que significa un
diferencial en cada organización, en cada momento y hay que saber captarlo a
nivel global, gestionándolo y que se mantenga (creándole el espacio de confianza
que requiere) y también desarrollándolo, asumiendo la labor de potenciarlo y
permitiendo su evolución.
Existe un peligro y éste es el funcionamiento caótico,
descontrolado en el que no se distinga una línea de acción, un sentido
armónico, un equilibrio. Una organización propugnadora de aprendizaje continuo
enseña a buscar, identificar, seleccionar, discriminar, compartir información y
conocimiento y el directivo o líder, como agente conductor del sistema debe ir
buscando el orden dentro del desorden existente alrededor y que cada vez irá a
más al abarcar cada vez el sistema más estímulos tanto internos como externos
(reconoces el concepto de entropía? El segundo principio de la Termodinámica
hace aquí de nuevo su aparición) sin pretender identificar el caos con algo
malo, sino todo lo contrario! De hecho sólo el envejecimiento y la enfermedad
tiende a lo cíclico y la regularidad según afirman distintos estudios médicos.
La nueva visión que el área de los mal llamados recursos
humanos en una organización (en todos caso, podemos hablar de recursos de los
humanos) debe partir de la concepción del ser humano como un ser inteligente,
que desea hacer uso de su libertad para actuar en beneficio de la organización
y de él mismo, busca la autoresponsabilidad, la consciencia abierta y la
búsqueda de la creatividad para la innovación.
A nivel macro, esta nueva situación nos dirige hacia una
serie de tendencias, que afecta de manera directa no solo a la organización
sino también al nuevo papel del directivo y su desarrollo:
-
Aceleración frente a Velocidad, consideramos la
capacidad de impulsar la organización en un período de tiempo, sin crear
vértigos ni desequilibrios a los elementos que la forman. Hablamos de usar la
energía en el tiempo, la cantidad y la fuerza justa.
-
Acontecimientos inacabados, no nos damos tiempo a finalizar cada acontecimiento,
y es precisamente el tiempo lo que en la actualidad es una materia prima ya que
los conocimientos se quedan obsoletos rápidamente y la mejora y el aprendizaje
deben ser continuos.
-
Lo cualitativo como diferencial de lo
cuantitativo, en la actualidad, el diferencial se haya más en lo cualitativo.
La persona consigue con la búsqueda de la calidad una mayor capacidad y
autonomía responsables a la hora de discriminar y elegir, se va convirtiendo en
agente activo y decisorio.
-
Gestión de lo pequeño, el detalle, nos encaminamos a una situación en que
multinacionales y micropymes tienden a convivir, y los tamaños medios difícilmente
sobrevivirán. Las redes relacionales nos permiten ser grandes con una
estructura reducida.
-
Local dentro de lo global, ante lo universal, es
importante no perder la propia identidad ya que lo macrosocial nos homogeneiza
y lo individual nos permite sentirnos únicos, no masa.
-
Innovación y mejora continua, el conformismo y
la rutina, además de aburrir, puede ser el camino de la no vida, hay que tener
la energía movilizada, alerta, aplicada y solo una actitud de búsqueda y
descubrimiento permite mantener el espíritu en este estado de alerta.
-
Conocimiento, humanización e individuo integral, las organizaciones deben diseñarse para permitir y propugnar el crecimiento y
desarrollo de las personas, y la visión de futuro debe ser cada vez más
integrada si queremos mantener un alto grado de competitividad se hace
necesario visualizar el todo.
¿estás preparado para tu nuevo rol? ¿echas en
falta alguna otro reto?
Buen artículo, gracias por publicarlo.
ResponderEliminarMe permito dos matices, para evitar posibles confusiones interpretativas, por mi parte, o de la de otros.
Dices: “el nuevo directivo tendrá que lograr un impulso continuado y renovado cada vez, hacia el dominio del caos, de la incertidumbre…”
Ni el caos se puede dominar, ni el directivo tiene que dominar la incertidumbre. Este último constituye una de las premisas equivocadas del management actual: imaginar que con el suficiente empeño, podremos eliminar las incertidumbres.
Como consecuencia, el directivo ha de cambiar sus herramientas y pasar del intento tan agotador como estéril de determinar el futuro, a la capacidad de adaptación permanente a los cambios.
A su vez, este requiere humanizar la empresa, para pasar de un enfoque orientado a procesos predefinidos hacia un enfoque orientado a las personas para dejarles utilizar todo su potencial creativo y adaptativo.
Y dices más adelante: “El segundo principio de la Termodinámica hace aquí de nuevo su aparición”.
La termodinámica no es aplicable a los organismos vivos. Los sistemas mecánicos sufren entropía; pero aunque sus componentes, sí se degradan, los organismos vivos presentan negantropía.
Aportado estos matices, compartimos todas tus recomendaciones finales.
Muy agradecida por los comentarios, y efectivamente en cuanto a la Termodinámica llevas razón; muchas veces al estar escribiendo un artículo, te embriagas (al menos yo) y pierdes toda la lucidez necesaria.
EliminarEn cuanto al management actual no puedo estar más de acuerdo en que hacia esa función de gestionar y sacar lo mejor las personas debe ir, de hecho parece poco probable que tenga muchas alternativas si quiere sobrevivir...
Efectivamente el caos no puede ser dominado, y mucho menos por el directivo, pero pretendía ser una alegoría de como hasta ahora si, el directivo se ha empeñado en controlarlo todo... esto es, el orden! y a lo mejor, en parte, esa obsesión ha provocado y ayudado a que ahora deba gestionar la situación actual de desorden, y sólo cada uno somos responsables de la forma en que lo hagamos.
Las personas se han cansado de que le digan como respirar y cuando, así que ahora al directivo le toca gestionar como dejar que cada uno se mueva como quiera, a su ritmo, siendo lo productivo que la función o su cometido necesita... Eso es una buena gestión de la incertidumbre: no saber exactamente nunca cuales son las necesidades de tu colaborador, pero querer y saber que su aportación es necesaria para que el equipo funcione.
Me ha encantado el aporte, y de nuevo muchas gracias!!