La mujer líder
suele definirse por estimular la colaboración y la participación en los
equipos, otorgando un valor diferencial a la comunicación interpersonal; la
mayoría de empresas que dirigen cuentan con trabajadores comprometidos y
responsables que alcanzan buenos niveles de productividad, lo que es un
desencadenante natural del interés por el bienestar del colaborador que muestra
la directiva; suele hacer uso de su pragmatismo y aplica un sistema de trabajo
eficaz y operativo, que redunda en reducción de tiempos desaprovechados,
optimizando su uso y haciendo una adecuada gestión del tiempo.
Todo esto añade un valor diferenciado que enriquece y
complementa el trabajo masculino, siendo ambas
formas como un suplemente que aporta esencia a la organización lo
que se traduce en una mejora de clima que contribuye a un mayor rendimiento
laboral por parte de colaboradores y empleados, para mayor satisfacción de
todas las partes implicadas.
Algunas personas achacan la dificultad de acceder a puestos
de responsabilidad por parte de las mujeres a una cultura organizacional que se
refugia en prejuicios sobre el desempeño antes que en la evaluación de sus
competencias; estructuras anticuadas donde los directivos se muestran sin
capacidad de reacción ante las necesidades laborales y personales de las
personas en la actualidad.
Es un hecho que la mujer ha tenido vetado el acceso a los
puestos directivos durante un largo período de tiempo, y por tanto, su
posicionamiento en los espacios de toma de decisiones todavía está por definir,
aunque en los últimos años estamos avanzando en este área de manera
significativa, motivado en parte por la generación de talento que estamos
viviendo, y la conciliación del mundo personal y profesional empieza a ser
"cosa de dos" dejándose sentir en ambos sexos como prioridad.
De cara a futuro, parece evidente que en aras de mejorar esa
adecuación y consenso de directivos de ambos sexos nos queda un camino por
recorrer que empieza por adoptar medidas del tipo:
- Construir un proceso educativo donde se eliminen las
barreras de género, con acceso igualitario a las diferentes parcelas, haciendo
gala de los recursos que cada uno tenemos para desarrollar nuestras
competencias.
- Participar con políticas que promuevan que las mujeres
ocupen el lugar legítimo que les corresponde en la empresa, propiciando el
desarrollo profesional en igual medida que el de sus compañeros
-Leyes que otorguen a la conciliación laboral y familiar el
valor que se merece (conoces ya la norma de calidad de empresa familiarmente
responsable? ), favoreciendo a la vez la responsabilidad social corporativa.
Recuerda que hoy en día el capital humano de las
organizaciones está enriquecido por la enorme diversidad de perfiles que
encontramos en todas sus áreas de negocio. Personas de diferentes edades,
nacionales, culturas, bagajes profesionales... y sexos! una parte enriquecedora
más de esta diversidad.
¿qué otras medidas se te ocurren? ¿Cuál se aplica en tu
organización?
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